viernes, 31 de enero de 2014

Rumiando

 

Vamos a ver si reactivamos esto porque no está funcionando o no me está funcionando o no estoy funcionando.
Lo aclaré en la publicación anterior, la primera y única hasta hoy, pero no pensé que iba a ser TAN así. Es que viajando voy conociendo muchas personas y me dan más ganas de seguir viviendo esos momentos que parar y contarlos. Cada segundo es irrepetible y ya voy a tener tiempo de compartirlo sea por el medio que sea.
No sé si mi manera será interesante pero así es. Lo hago porque me gusta por eso lo hago sinceramente cuando siento las ganas. Si algún día esto se convierte en trabajo tendré que buscarme otro hobbie.
Esto no va a ser cronológico, es mera causalidad que la foto que elegí es casi del principio de mi viaje, el cual recién hace un poquito más de un mes que empezó. Es en Las Grutas, un lugar muy hermoso y por demás acogedor, por lo menos en mi experiencia.
En este momento estoy en Calafate reacomodándome, rearmándome. Más en paz que de costumbre. Creo que cada tanto es necesario eso, masticar y digerir todo lo que deglutimos a veces sin tiempo siquiera de mirar. Parar la pelota un cacho.
Día solitario, después de un tiempo. La mayoría de las personas creen que el que viaja solo es un solitario (más solo que Kung Fu) hasta algunos me miran con cara rara cuando les cuento que viajo así, "solo". Si, entre comillas, porque en realidad es un concepto errado: casi nunca estoy solo, hasta a veces me cuesta encontrar estos momentos de verdadera soledad física.
Lo lindo de viajar acompañado es el compartir. Lo lindo de viajar solo es que compartís quizás hasta con más gente y más variada. Lo no tan lindo de viajar acompañado es la convivencia en condiciones tan cambiantes, lo que lo hace divertido también. Lo no tan lindo de viajar solo es que uno va agarrando mañas.
Se extraña, si. Pero es una pelea de sentimientos que cada tanto se encuentran y por ahora en cada encuentro que se disputa sigue ganando el viajar. Quizás sea más difícil para el ser querido que se queda en el lugar de siempre, en la rutina de siempre, en el hogar de siempre, donde se nota más la falta. Pero tampoco es fácil para el que viaja, solo que él esta priorizando lo que en este momento le hace más feliz. El desapego de las personas, del cuerpo físico, definitivamente creo que es el trabajo más difícil creo, sobre todo cuando el lazo es muy estrecho.

Lo más lindo de viajar es que es en el estado en el que siento que todo encaja a la perfección.

"Cuánto más se aproxima uno al sueño, más se va convirtiendo la Leyenda Personal en la verdadera razón de vivir."







2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta :)

Anónimo dijo...

Qué belleza la manera en que se expresa usted, viejito!

Una niña mas o menos buena...